Esta historia nació el martes 13 -buen día- de abril de 2010 aproximadamente a las 12:50. Tiene 3 madres: Mari, Margaret et moi, Jools.
Y creció y creció...-procuraremos seguirla-.
Yo no sabía que lo quería y era mentira. Lo sabía desde que se desnudó y me besó. Estaba soñando todavía. Me rozaba algo, pero ¿qué era? Desperté y vi mi perro chupándome el pie izquierdo. Miré el reloj, ¿soñaba eróticamente, Pedro?, temía que sí. Iba a llegar a las nueve y yo no estaba lista para la ocasión ''especial''. ¿Qué me pondría? Me levanté y cogí el sujetador y me vestí. Escuché los ronquidos de mi gato y lo desperté. Bajé por las escaleras de incendio y fui a desayunar a la cafetería ''Hazme tuya'' y me encontré mi desayuno preparado. Allí estaba él, perfecto como siempre, sonriéndome con el uniforme de camarero, yo me acerqué, cogí mi café, le olí y le besé apasionadamente en la mejilla, en la boca... y entonces apareció mi querida madre con Miguel cogidos de la mano.
-Buenos días- saludé.
Un guantazo deslizó hacia una mosca mi café derramado. Pedro me agarró y yo pregunté:
-¿Dónde habéis estado?
-Hotel Plaza, querida- dijo mi madre.
Aparté a Pedro. Se rio magníficamente.
-¿Qué hacíais allí?
Se rieron.
Puaj.
Miré la puerta.
¡Qué asco!, pensé.
Seguí desayunando sin mirar a Rodolfo.
Él se acercó. Eran las nueve. Pedro se alejó.
-¿Dónde estabas, Lucía?
-Me desperté tarde.
-¡Qué despistada, amor!
-No importa, vámonos.
Mi madre sonrió. Pedro me miró.
-¡Nos vemos, Pedro!
-Adiós- dijo tristemente y siguió limpiando las mesas mientras yo me alejaba.
No tenía ganas de irme con Rodolfo, quería estar con Pedro.
Remordimientos.
Esto tenía que acabar.
Me monté en el coche
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