rojo de Rodolfo. Lo aborrecía. No soportaba esos asientos fríos y con su peculiar olor a gato meado, igual que siempre.
Íbamos a ver su yate aparcado, donde me esperaba el peor viaje amor-desamor marítimo. Empezamos el viaje y pronto me llevó a su cocina a coger algo para desayunar.
-¡Anillo de compromiso!- dije al ver que lo sostenía.-¿Qué haces? ¿Piensas...?
-Cásate conmigo, Lucía.
No, no, no.
-Claro que sí, en tus sueños. Rodolfo, yo no...- pensé en Pedro.- No te quiero.
-¡Lucía!- gritó Pedro.
Rodolfo me besó. Yo me alejé. Pedro se interpuso en mis pensamientos.
-No te cases. Te amo- confesó mi imaginación acelerada.
-¿Qué haces aquí?- preguntó Rodolfo, cabreado.
Pedro se abalanzó sobre Rodolfo y le dio un puñetazo en el ojo.
-Lucía no te quiere- anunció.- Se acuesta conmigo.
Nuestras risas en la biblioteca... no tienen precio.
LOL.
Niños grandes
Hace 14 años
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