14/4/10

2. 3 palabras

rojo de Rodolfo. Lo aborrecía. No soportaba esos asientos fríos y con su peculiar olor a gato meado, igual que siempre.

Íbamos a ver su yate aparcado, donde me esperaba el peor viaje amor-desamor marítimo. Empezamos el viaje y pronto me llevó a su cocina a coger algo para desayunar.

-¡Anillo de compromiso!- dije al ver que lo sostenía.-¿Qué haces? ¿Piensas...?

-Cásate conmigo, Lucía.

No, no, no.

-Claro que sí, en tus sueños. Rodolfo, yo no...- pensé en Pedro.- No te quiero.

-¡Lucía!- gritó Pedro.

Rodolfo me besó. Yo me alejé. Pedro se interpuso en mis pensamientos.

-No te cases. Te amo- confesó mi imaginación acelerada.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Rodolfo, cabreado.

Pedro se abalanzó sobre Rodolfo y le dio un puñetazo en el ojo.

-Lucía no te quiere- anunció.- Se acuesta conmigo.




Nuestras risas en la biblioteca... no tienen precio.

LOL.

13/4/10

3 palabras.

Esta historia nació el martes 13 -buen día- de abril de 2010 aproximadamente a las 12:50. Tiene 3 madres: Mari, Margaret et moi, Jools.

Y creció y creció...-procuraremos seguirla-.


Yo no sabía que lo quería y era mentira. Lo sabía desde que se desnudó y me besó. Estaba soñando todavía. Me rozaba algo, pero ¿qué era? Desperté y vi mi perro chupándome el pie izquierdo. Miré el reloj, ¿soñaba eróticamente, Pedro?, temía que sí. Iba a llegar a las nueve y yo no estaba lista para la ocasión ''especial''. ¿Qué me pondría? Me levanté y cogí el sujetador y me vestí. Escuché los ronquidos de mi gato y lo desperté. Bajé por las escaleras de incendio y fui a desayunar a la cafetería ''Hazme tuya'' y me encontré mi desayuno preparado. Allí estaba él, perfecto como siempre, sonriéndome con el uniforme de camarero, yo me acerqué, cogí mi café, le olí y le besé apasionadamente en la mejilla, en la boca... y entonces apareció mi querida madre con Miguel cogidos de la mano.

-Buenos días- saludé.

Un guantazo deslizó hacia una mosca mi café derramado. Pedro me agarró y yo pregunté:

-¿Dónde habéis estado?

-Hotel Plaza, querida- dijo mi madre.

Aparté a Pedro. Se rio magníficamente.

-¿Qué hacíais allí?

Se rieron.

Puaj.

Miré la puerta.

¡Qué asco!, pensé.
Seguí desayunando sin mirar a Rodolfo.

Él se acercó. Eran las nueve. Pedro se alejó.

-¿Dónde estabas, Lucía?

-Me desperté tarde.

-¡Qué despistada, amor!

-No importa, vámonos.

Mi madre sonrió. Pedro me miró.

-¡Nos vemos, Pedro!

-Adiós- dijo tristemente y siguió limpiando las mesas mientras yo me alejaba.

No tenía ganas de irme con Rodolfo, quería estar con Pedro.

Remordimientos.

Esto tenía que acabar.

Me monté en el coche




Continuará...

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28 de septiembre del 2009